El árbol generoso
Mejor no agrego nada y me limito a copiarles algo de lo que pone en su contraportada para que sirva de introducción:
‘Esta es una tierna historia, con toque de tristeza pero radiate de consolación. Shel Silverstein ha creado una fábula para todas las edades, que nos ofrece una afectiva interpretación de la generosidad, y una serena aceptación de otra capacidad, la de amar sin esperar que su amor sea correspondido’
Había una vez un árbol…que amaba a un pequeño niño.
Y todos los días el niño venía y recogía sus hojas para hacerse con ellas una corona y jugar al rey del bosque. Subía por su tronco y se mecía en sus ramas y comía manzanas y ambos jugaban al escondite. Y, cuando estaba cansado, dormía bajo su sombra.
Y el niño amaba al árbol …mucho. Y el árbol era feliz.
Pero el tiempo pasó. Y el niño creció. Y el árbol se quedaba a menudo solo.
Pero un día, el árbol vio venir a su niño y le dijo:
‘Ven, Niño, súbete a mi tronco y mécete en mis ramas y come mis manzanas y juega bajo mi sombra y se feliz’
‘Ya soy muy grande para trepar y jugar’, dijo el. ‘yo quiero comprar cosas y divertirme, necesito dinero ¿podrías dármelo?’
‘Lo siento’, dijo el árbol, ‘pero yo o tengo dinero. Solo tengo hojas y manzanas. Coge mis manzanas y véndelas en la ciudad. Así tendrás dinero y serás feliz.’
Y, así, él se subió al árbol, recogió las manzanas y se las llevó. Y el árbol se sintió feliz.
Pero paso mucho tiempo y su niño no volvía...y el árbol estaba triste. Y entonces, un día, regresó y el árbol se agitó alegremente y le dijo, ‘Ven, Niño, súbete a mi tronco, mécete en mis rapas y se feliz’.
‘Estoy muy ocupado para trepar árboles’,dijo él ‘necesito una casa que me sirva de abrigo’. Quiero una esposa y unos niños, y por eso quiero una casa ¿puedes tu dármela?’.
‘Yo no tengo casa’, dijo el árbol, ‘El bosque es mi hogar, pero tu puedes cortar mis ramas y hacerte una casa. Entonces serás feliz’.
Y así, él cortó sus ramas y se las llevó para construir su casa.
Y el árbol se sintió feliz.
Pero paso mucho tiempo y su niño no volvía .
Y cuando regreso, el árbol estaba tan feliz que apenas pudo hablar.
‘Ven, Niño’ susurró ‘ven y juega’.
‘Estoy muy viejo y triste para jugar’, dijo él. ‘Quiero un bote que me lleve lejos de aquí ¿puedes tu dármelo?’.
‘Corta mi tronco y hazte un bote’, dijo el árbol. ‘Entonces podrás navegar lejos...y serás feliz’.
Y así el cortó el tronco y se hizo un bote y navegó lejos.
Y el árbol se sintió feliz...pero no realmente.
Y después de mucho tiempo su niño volvió nuevamente.
‘Lo siento, Niño,’ dijo el árbol ‘Pero ya no tengo nada para darte- ya no me quedan manzanas’
‘Mis dientes son muy débiles para comer manzanas’ le contestó.
‘Ya no me quedan ramas’ dijo el árbol. ‘Tu ya no puedes mecerte en ellas-‘
‘Estoy muy viejo para columpiarme en las ramas’ respondió él.
‘Ya no tengo tronco’ dijo el árbol.’Tu ya no puedes trepar-‘
‘Estoy muy cansado para trepar’ le contestó.
‘Lo siento’ se lamentó el árbol. ‘Quisiera poder darte algo...pero ya no me queda nada. Soy solo un viejo tocón. Lo siento...’
‘Yo no necesito mucho ahora’, contestó él, ‘sólo un lugar tranquilo para reposar. Estoy muy cansado’
‘Bien’ dijo el árbol reanimándose, ‘un viejo tocón es bueno para sentarse y descansar. Ven Niño siéntate. Siéntate y descansa’.
Y el se sentó.
Y el árbol fue feliz.
Fin.
¿A quién le suena esta historia?
2 Comments:
comodin del 50% porfi, tiene que ver con otro madero?? a)si
b)no
Je, podría, pero no fue escrito para/por el madero exactamente...
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